ANFIELD NEWS - Díficil decisión, primera parte (NOTICIA SEMANAL, 409 palabras)

Pues bien, llegó el final de mercado que será tratado más adelante, y con él, el periodo de promoción de juveniles. Llegado el momento todo se resumía en cuatro nombres, Alejandro Arribas, Gylfi Sigurdsson, Jelle Vossen y Romain Alessandrini.


Comenzaremos por el bastión de la joven zaga, el madrileño Alejandro Arribas. Todo un portento físico, bien por alto, ágil y rápido al corte, siempre atento a las coberturas, es el jefe de la zaga Baby Red. Está como loco por subir al primer equipo, y tomar el mando en partidos contra los mas temibles delanteros como Mario Gómez o Emmanuel Adebayor.



“Creo que estoy trabajando lo suficientemente bien como para merecerme una oportunidad con el primer equipo. Siempre que el míster lo desee, estaré a su plena disposición, trabajando como el que más, y sin una mala mueca por no jugar muchos minutos. Del mismo modo, se que podría llegar un equipo más pequeño donde formarme como un gran futbolista, y porque no, volver a Anfield con mucha experiencia. En el primer equipo, con gente como Micah Richards, Jose Enrique o Jucilei Da Silva, está claro que el perfil de central contundente como yo está poco visto, pero creo que con la venta de Brade Hangeland puedo tener un hueco en los partidos contra delanteros tanque.”


Luego, tenemos al francotirador islandés. El mago del balón por excelencia, es a sus 23 años un jugador con mucha experiencia en la liga juvenil, la cual disputa desde su creación. Muchos mánagers le querrían en su primer equipo, pero desde Anfield aún somos cautos con su posible promoción al primer equipo. Siempre con su golpeo característico, y su gran visión de juego, le hacen un mco con mucho futuro, que se ha visto un poco oscuro por el desgraciado del portugués Morea André Vilas Boas.



“Soy un chico joven, humilde, que llegué a la élite del fútbol a base de trabajo y sacrificio. Yo trabajaba en Islandia bajando gatos de los árboles a balonazos. Al principio maté unos cuantos debido a que era admirador de Roberto Carlos, y me gustaba pegarle muy fuerte al balón, pero unas cuantas denuncias y alguna que otra noche en el calabozo, me hicieron darme cuenta que lo que realmente debía hacer era centrarme en la forma de pegar, y no la dureza del golpeo. Gracias a ello, hoy soy lo que soy. A eso, y gracias al ojo clínico de Julio para traerme a Anfield claro!”