Il Corriere dell'Inter - Amargo adiós (Noticia Semanal) - 402 palabras

Buenas noches a todos los lectores de Il Corriere dell’Inter. Tras el descanso del mercado invernal volvemos a la carga, y en esta ocasión, el número semanal estará dedicado a la despedida de uno de los futbolistas más queridos por la afición interista, Luis Amaranto Perea.

El colombiano, una de las piezas claves en el once inicial en la temporada del ascenso, lo que le valió para ser nominado en el mejor equipo de la liga, ha desaparecido en una de las últimas actualizaciones de EA Sports.

Si bien en las dos últimas temporadas había perdido la titularidad a favor de Nicolas N’koulou y Omer Töprak, era un recambio de garantías en cualquier posición de la línea defensiva gracias a su velocidad y aceleración, así como su resistencia, fuerza y salto.

No han sido unos últimos años fáciles para Luis Amaranto Perea, que lleva arrastrando molestias en su rodilla desde hace un tiempo. Lo cierto es que nuestro ex capitán está a punto de cumplir 36 años, y dada esta tesitura, tanto la junta directiva como el propio jugador acordaron rescindir el vínculo que existía entre ambas partes desde hace más de 5 temporadas.

Perea se encuentra en estos momentos entrenando con los Gallos Blancos de Querétaro, equipo mexicano en el que milita el gran Ronaldinho Gaucho, a expensas de mejorar de sus molestias en la rodilla y con la esperanza de volver a vestirse de corto en los próximos meses.

Desde la redacción del periódico nos hemos puesto en contacto con Luis Amaranto Perea, jugador que siempre nos ha tratado de maravilla, para despedirnos de él y conocer sus sensaciones. El colombiano se mostró “agradecido en primer lugar a la afición por estar siempre del lado de su equipo y por el apoyo que le han mostrado desde que llegó, al Inter de Milán por haberle brindado la posibilidad de progresar personal y futbolísticamente, por poder debutar en la máxima competición europea y proclamarse campeón de liga, hecho que al recordar se me ponen los vellos de punta. Ha llegado el momento de que nuestros caminos se separen, pero estoy seguro de que nos volveremos a encontrar. Una pequeña parte de mi corazón estará siempre aquí, en el Guiseppe Meazza, donde volveré una vez cuelgue las botas para disfrutar y animar como un tiffosi más”.

Desde aquí le deseamos al cafetero la mejor de las suertes en sus próximos proyectos profesionales.