LA VIDA PIRATA - T12 - [NOTICIA MENSUAL ABRIL] ( 365 PALABRAS)

El Rayo cambia cantera por cartera​

Tras el fiasco del Rayo Vallecano durante la pasada campaña, el equipo madrileño ha tenido problemas para retener a sus dos perlas con mayor proyección de cara al futuro. Son los casos de Samuel Umtiti y Óliver Torres. El primero era titular indiscutible en el puesto de central izquierdo. El segundo era un jugador que por fin iba a tener los minutos que merecía en el once titular, ya que pese a estar llamado como futuro crack mundial, no contaba con las oportunidades suficientes para demostrarlo.


En ambos casos, equipos con mayor presupuesto decidieron pescar en el modesto Rayo a golpe de talonario, dejando bien llenas las arcas, pero vacíos los puestos de estos jugadores. Si bien el español contaba con recambios competentes pero de bajo nivel, como podían ser Naismith y N’ Zogbia, el club dio la sorpresa al traer a Hernanes, cubriendo así supuesto con un jugador contrastado y de garantías, que sin embargo significó la salida de Mounier en busca jugar más a menudo.


Parte del dinero que se percibió por el central galo fue directo a cubrir la posición de defensa central. Con Thiago Silva como capitán de la zaga y Hangeland dando los últimos coletazos de su carrera, todos los ojos estaban puestos en el cancerando Wimmer. Sin embargo, el club decidió que era mejor paras su desarrollo permanecer en el equipo juvenil al menos hasta mitad de temporada. Tomada la decisión, el Rayo tuvo que realizar un desembolso por un jugador del que se espera mucho, pero que no está pasando por uno de sus mejores momentos. Se trata del central de origen croata Dejan Lovren. Una apuesta arriesgada que dejaría al Rayo en apuros si uno de los centrales titulares cayera lesionado.


Finalmente, como refuerzo estrella del equipo después de recibir el ingreso por los canteranos, llegó el deseado Luiz Gustavo. El brasileño llegó para reforzar un puesto bien cubierto por Tiago, pero que necesitaba un compañero para cortar el juego debido a su avanzada edad. Ambos forman una pareja sólida y de garantías a la hora de destruir y construir el juego rayista.


Sólo falta que eche a rodar el balón y comprobemos si las piezas encajan.